Hay momentos en los que verdaderamente me gustaría saber el truco. Sí, el truco que tienen todas esas personas a las que después de todo aún les quedan fuerzas para sonreír, el truco de todos aquellos que saben cómo liberarse de ese dolor que se apodera de ti, se manifiesta en forma de lágrimas, cuando menos te lo esperas, y te aprieta el corazón, con el poder de dolerte más que cualquier otra herida. Porque sí, yo creo que todo esto no son más que heridas, que solo necesitan tiempo para sanar, pero, ¿qué pasa si antes de que cicatrice una aparece otra, y luego otra, y otra más? ¿qué pasa si por mucho tiempo que transcurra se te siguen acelerando las pulsaciones tan solo al oír su nombre? ¿qué pasa cuando vives de recuerdos? Preguntas sin respuesta. Yo sin ti.
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martes, 26 de marzo de 2013
miércoles, 13 de marzo de 2013
Nada sin ti.
Sentada te recuerdo:
esa fría mirada
que mataba como veneno,
como si fuera una cruel puñalada
del soldado más fuerte
al soldado más débil.
Y aquí estoy,
intentando en vano no perderte,
destruyéndome por ser como soy,
nada, nada sin ti.
esa fría mirada
que mataba como veneno,
como si fuera una cruel puñalada
del soldado más fuerte
al soldado más débil.
Y aquí estoy,
intentando en vano no perderte,
destruyéndome por ser como soy,
nada, nada sin ti.
No te diste cuenta, pero te necesitaba.
Un caballero que olvidó a su doncella,
no, más bien ese caballero
olvidó que esa doncella
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