A veces, pensar demasiado en una cosa, puede llegar a estropearla.

No tengo un prototipo de chico ideal, ni se lo que quiero hacer en unos años, ni como voy a organizar mi vida, si quiero casarme o tener hijos. Para mi, la vida es una constante improvisación. Pienso que si estás pensando en como quieres que sea todo, al final acabas hundiéndote, ya que, probablemente, aspires a menos de lo que quieres ser. Por tanto, no quiero saber lo que me deparará el futuro, prefiero vivir el presente y punto, sin más.