Tienes que aceptarlo, pero de nada sirve ponerse a llorar y a patalear como cualquier niña de 3 años. Lo que de verdad tienes que hacer es demostrarle lo que se ha perdido. Sí, exacto, vestirte con la camiseta más escotada que tengas, ponerte unos tacones bien altos y pintarte los labios de rojo. Sal a la calle. Sonríe. Se feliz. Haz que vea que realmente le importaste, que sueñe con retroceder el tiempo para volver a estar contigo, que se muera de ganas de besarte, que se de cuenta de que, en el fondo, sí que te quiere, y de que ahora, ya es tarde para poder tenerte, que tú ya has aprendido a vivir sin él.
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