Tú mismo tienes que ser tu mejor amigo.

Me encuentro un poco desubicada, como si no supiera qué hago aquí, como si no lograra encontrar esas razones por las que sigo luchando, por las que sigo sonriendo. Pero, ¿sabes qué?, a veces no se necesitan razones, ni motivos, a veces las cosas se hacen porque sí, y punto. Aunque si de verdad se necesitara saber la razón por la cual intento ser feliz, y disfrutar de la vida, esa razón soy yo misma. Sí, exacto. A veces uno mismo tiene que ser más importante que el resto, mucho más. A veces hay que ser egoísta, muy egoísta y pensar sólo en ti. A veces, esa es la única manera de ser realmente feliz.

Lo siento, nunca fui perfecta.

¿Sabes? A veces pienso que te mereces algo más que esta simple chica, alguien sin un solo defecto, que te comprenda a la perfección y te haga sentir el mejor del mundo. Alguien que no te vaya a fallar nunca, jamás. Alguien que pudiera pasar cada segundo de su tiempo contigo. Alguien que viviera para hacerte feliz, que solo sonriera por ti. Pero lo siento, no puedo borrar todos y cada uno de mis defectos, es imposible, son demasiados. Se que a veces soy muy cabezona, que siempre quiero tener razón y que a veces el orgullo me puede. Que no tengo la mejor sonrisa, ni el mejor cuerpo, ni el mejor pelo. Que soy una cualquiera. Pero de todas formas, sabes perfectamente que si necesitas algo, vas a poder contar conmigo, que si necesitas que alguien te saque una sonrisa, ahí voy a estar yo, para hacerte feliz, quizá no el más feliz, pero por lo menos lo intento, porque no, no soy perfecta, pero te quiero como a nadie, más fuerte que cualquiera, y eso no puede decirlo todo el mundo.