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viernes, 21 de febrero de 2014

Nunca nos perderemos mientras sepamos que nos tenemos.

Te busqué en cada sueño, en cada amanecer y en cada beso que robé a todos aquellos que se creyeron capaces de  hacerme sentir lo mismo que tú, vaya ilusos ¿eh? Le pregunté a la Luna por dónde ibas, si ibas a tardar mucho en venir o si tenía que salir yo a buscarte otra vez y ¿sabes qué me dijo? Me susurró, en un tono tan tenue que apenas pude entenderlo, que ya habíamos perdido demasiado tiempo.
Así que eso haré, le echaré cojones por los dos, te buscaré, esta vez en nuestro banco, y sé que allí sí te encontraré, y terminaremos de rallar nuestros nombres en el árbol viejo de la esquina, y me cogerás de la mano y me dirás que nadie te ha llenado nunca como yo, que me recordabas hasta cuando estabas tan ciego que no recordabas ni quién eras tú mismo, que se te nublaba la vista y te venía mi risa a la cabeza, y que un día casi te volviste loco, y luego me besarás, me besarás y volveré a enamorarme de ti, como cada vez que me desnudas y te quedas callado, porque dices que sobran las palabras. Y nos querremos, como nos queremos ahora, o quizás más, quién sabe, pero nos querremos, como ningún gilipollas de esos que cada día se prometen el cielo se acercará a querer nunca a nadie.
Y eso es lo que me hace feliz, tener la certeza de que, juntos, siempre existiremos.


lunes, 10 de febrero de 2014

Tenía diecisiete años y la vida en los labios.

'Mil veces he querido rescatar una imagen robada al calor de las llamas. Ella, desnuda y reluciente de lluvia, tendida junto al fuego, abierta en una mirada que me ha perseguido desde entonces. Me incliné sobre ella y recorrí la piel de su vientre con la yema de los dedos. Ella dejó caer los párpados, los ojos y me sonrió, segura y fuerte.
-Hazme lo que quieras- susurró.
Tenía diecisiete años y la vida en los labios.'


martes, 4 de febrero de 2014

Contigo soy feliz, pero sólo contigo. Espero que lo entiendas.

Que te juro que si aprendí a dibujar sonrisas con el dedo era para poderte rozar los labios y sentirme viva.
Contigo nunca sé si hace frío o calor, y me encanta. Contigo nunca sé si va a salir bien o mal, pero no me importa, porque salga como salga siempre sabes cómo volver, dónde encontrarme, sabes las palabras exactas que debes decir para que te mande a la mierda y cómo debes besarme para que acabemos en la cama, y que después ya no hagan falta palabras. Contigo las cosas no son fáciles, pero es que justo eso es lo que me engancha a ti, que hagas de lo fácil algo complicado y que lo complicado lo transformes en sencillo. Porque tú controlas ¿no? Eso dices, y me lo creo, porque no me cuesta nada creerte. Y si no me cuesta nada es precisamente por eso, porque necesito creer en ti para poder creer en mí. Ahora lo difícil es esto, pero yo no sé como simplificarlo, aunque, ¿qué más da? Para eso estás tú, me besas y punto ¿no? Contigo me la suda el resto, contigo lo consigo todo, contigo soy feliz ¿entiendes? Y lo jodido es que no puedo decir lo mismo con cualquier otra persona.


domingo, 2 de febrero de 2014

Lo único que me consuela de quererte tanto es que tú me quieras igual.

Hoy es uno de esos días en los que debería reflexionar y pensar en mí, en el paso del tiempo y en toda esa mierda que me hace ponerme ñoña- Sí, hoy es uno de esos días en los que empiezo pensando en mí y acabo contigo en la puta cabeza, sin darme cuenta de que es normal que lo hagas, que termines invadiendo mi puta mente como si acaso tuvieras permiso de hacerlo, como si fuera tuya, apropiándote de cada uno de mis pensamientos y decisiones, y es que me cago en la puta, cómo jode saber que eres necesario.
Yo jamás había dependido de alguien, es más, no me gusta admitirlo, pero ¿qué le hago si estoy abajo si estás abajo y arriba si subes? ¿qué le hago si estando abajo solo que me digas que soy fuerte y que me sonrías como si de verdad lo fuera me hace tener la fuerza suficiente como para levantarme?
A veces me gustaría poder explicar lo que siento sabiendo que no podré sentirme llena si no sé que te tengo, que follar ya nunca será solo eso, y que ya nunca podré decirte que no te quiero sin que suene creíble. Pero es que me siento tan vulnerable al reconocerlo, al saber que eres consciente de ello. ¿Y sabes lo único que me consuela? El que se te vaya la puta cabeza y te plantes en mi casa diciéndome que me echas de menos, que al desnudarme antes de fijarte en mi culo te pares en mi sonrisa, y me digas que soy preciosa recién levantada, y que sonrías al intentar convencerme de que no me quieres cuando te haces el enfadado. Me consuelan tus pequeños detalles, esos que me demuestran que no soy la única que está hasta las trancas.