Vistas de página en total

domingo, 24 de febrero de 2013

Demasiado, demasiado para nada.

Sí, hay días que me levanto y te echo de menos, no lo voy a negar. Hay días en los que pienso que si estuvieras aquí todo sería más fácil, en los que revivo cada beso y me entran unos escalofríos enormes. Días en los que te juro que mataría por que estuvieras abrazándome, tranquilizándome. Pero ¿sabes qué? También hay días en los que me enorgullece no necesitarte para ser feliz, días en los que escucho esa canción y no me pongo a llorar como una estúpida, en los que me alegro de haber sido capaz de sacarte de mi vida. He aguantado demasiado, he dado demasiado por algo que para ti nunca ha significado nada.