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sábado, 5 de mayo de 2012

Te amo, no lo olvides nunca.

¿Sabes? Es cierto, yo he sufrido mucho, no he sido la típica niña por la que todos se mueren, ni por la que nadie ha luchado nunca, más bien al revés, era yo la que siempre intentaba las cosas, la que daba el primer paso, la que quería y no era correspondida, la que amaba tanto que se hacía daño a ella misma, pero llegaste tú y todo cambió, empecé a sentir ese cosquilleo en el estómago, me gustaba hablar contigo y que me sacaras una sonrisa con una broma tonta, o simplemente con decirme 'guapa', fueron pasando los días y te juro que no sabía hacer otra cosa que pensar en ti, me conectaba y esperaba a que me hablases, y a los 2 minutos ahí estabas tú, con ese 'hola pequeña, ¿qué tal el día?', y, automáticamente, aparecía esa sonrisa. 'Pequeña', como echo de menos que me llames pequeña, que me quieras como antes..
Todo era perfecto, parecía un puto sueño y se acercaba el momento de vernos en persona, me acuerdo que planeamos qué íbamos a hacer. Las fotos, los besos, me acuerdo que me dijiste que me ibas a hacer una foto mordiéndome el labio, sí o sí, pasara lo que pasara. 
Pero ¿sabes? fui una auténtica gilipollas, la distancia me asustó, sentía que te merecías a alguien mejor que yo, que estuviese ahí y te pudiera querer todos los días, que valiera lo mismo que tú, que te pudiese hacer feliz, completamente feliz, como tú me hacías a mi. Y entonces lo mandé todo a la mierda, todo ese tiempo, esas conversaciones, esos planes, esas promesas, a esa persona a la que tanto amaba, todo a la mierda, y no sabes como me arrepiento, no tienes una idea. Después de hacerlo cada día me decía a mi misma 'Ariadna, eres gilipollas.' Pero sabía que no podía hablarte, porque entonces ibas a ser tú quien me mandara a la mierda, y estabas en todo tu derecho, pero no lo iba a soportar, no iba a soportar que me hablaras mal, era imposible, entonces decidí hacer que me odiaras, para que no sufrieras por mi, porque no te lo merecías, no te mereces sufrir, por nadie. Y lo conseguí, seguramente llegaste a odiarme.
Y hace poco decidí volver a hablarte, no aguantaba un solo día más sin saber cómo estabas, no podía aguantar. Y lo hice. Te hablé. Y no te imaginas lo que sentí, lo feliz que estaba, como me alegré de volver a tenerte en conversaciones recientes, en ver tu foto de perfil. 
Cuando me dijiste que estabas con ella sentí algo en el corazón, como una puñalada, pero luego me alegré de que hubieras encontrado a ese alguien que te llenara, que te hiciera feliz como yo no pude, como yo no supe..
Y ahora estoy aquí, intentando ser feliz sin ti aun sabiendo que es imposible, llorando por las noches porque no te tengo, soñando con que me abraces, con que me quieras. ¿Pero sabes? Prefiero estar yo mal a que lo estés tú, quiero que seas feliz, y si con ella lo eres, quédate con ella, en serio. Lo que no quiero que olvides nunca es que te amo, que te amo como a nadie en este jodido mundo. Gracias por hacerme feliz. Gracias por todo.

3 comentarios:

  1. Me he sentido algo identificado con esta entrada. Me gusta la forma en que escribes, tan literal y al mismo tiempo tan cargada de sentimientos. Un Saludo desde Trastornos Personalizados. De paso una canción que me recordó la entrada :)

    http://www.youtube.com/watch?v=yNJI7WqZjxw&feature=related

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  2. Te encontré en twitter y encontré a la vez,este maravilloso blog. Desprendes tantísimos sentimientos que es imposible decidirse por uno.

    Te sigo :)

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    1. Jope, muchísimas gracias, de verdad, es muy importante para mi que me digan esto. Un besazo.

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