Vistas de página en total

domingo, 15 de noviembre de 2015

Espiral negra.

No sé cómo ayudarte. No sé cómo sacarte de tanta oscuridad en la que te has ido metiendo poco a poco, casi sin darte cuenta, y en la que creo que ni siquiera sabes que estás. No puedo ver cómo pasan los días y sigo sin poder hacer nada por ti, sin poder hacerte ver lo mucho que me has enseñado, y lo mucho que quiero que sigas enseñándome hasta el final.
No lo entiendo. No entiendo cómo puede volver a pasar, cómo ése veneno puede hacer que te olvides de todo y que lo único en lo que puedas pensar sea en llenarte de ella. Y es cierto, no sé cómo te sientes cuando todo se te desborda, no lo sé, pero quiero saberlo. Háblame, llámame, sólo abrázame si es lo único que quieres, pero no la busques a ella.
Ella, que se ha ido comiendo el color de tu vida, que te está dejando sólo y a veces hasta te quita el miedo a la muerte, acercándote a ésta, dejándote en la frágil cuerda floja. Ella, que ha destruido todo lo que un día construiste y que te está haciendo destruir todo lo que hoy tocas. Ella, tan segura de sí misma, tan segura de tu debilidad, de que volverás a ella, de que nunca cortarás esa espiral negra que te está conduciendo al abismo.
¡Devuélvemelo! Estoy segura de que él es más fuerte que tú, él es más fuerte que nadie. Devuélvemelo y prometo cuidarlo, como él sigue haciendo conmigo. Lo necesito, pero lo necesito completo, sin restos de ti merodeando por su alma, ¡deja de ensuciársela!


Un día él me dijo que la vida puede ser lo que tú quieras que sea,
no creo que nadie quiera una vida con ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario