Soy como soy, no voy a cambiar.

Que ya lo se, no soy perfecta, claro que no, tengo millones y millones de defectos, pero por lo menos soy quién digo ser, no vivo jugando un papel, si no que me tomo la vida como si fuera un juego. Sí, justo eso. No pienso demasiado, ni me rayo por gilipolleces, intento sonreír siempre y que le jodan al mundo, aunque por dentro me esté muriendo. No me gusta hacerme la víctima, prefiero llorar cuando esté sola que con mucha gente, me cuesta mucho pedir abrazos, pero no tanto darlos. Soy especial, tengo mis cosas malas y mis cosas buenas, pero nunca vas a ver a una como yo, nunca. Y otra cosa, no me pidas que cambie, porque, seas quién seas, no lo voy a hacer, ni por ti, ni por nadie.