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viernes, 6 de diciembre de 2013

En ruinas.

Ella jamás habría podido imaginarse que la vida se la iba a jugar de esa forma. Era demasiado inocente, creía que con jugar limpio bastaba para que el contrincante lo hiciera también, pero se equivocaba. En realidad, escogía el camino fácil, culpaba al contrincante de jugar demasiado bien, en vez de culparse a ella misma de hacerlo demasiado mal. Para ella era muy fácil gritarle 'puta' a la vida, porque creía que mientras estuviera sonriendo, no podía hacerle nada. Pero, el problema era que esas sonrisas no eran del todo verdaderas, y entonces no funcionaba, aunque bueno, al menos nadie lo notaba, al menos todos creían que las cosas estaban en su sitio, aunque lo cierto es que ya ni había cosas. Y entonces era cuando empezaba a notar que no podía más y a percatarse de que como siguiera así, iba a terminar jodidamente mal, porque si nadie era capaz de darse cuenta de que no era feliz, era porque realmente nadie la conocía, ni siquiera ella misma, porque hasta era capaz de engañarse con tal de no admitir que su vida no era perfecta. Pero bueno, al menos tenía a alguien, aunque no fueran capaces de darse cuenta de cosas obvias, estaban ahí. En realidad no sabía ni de qué se extrañaba, si eso era lo normal para ella, que las cosas salieran mal. Pero esta vez era diferente. Esta vez 'mal' sonaba demasiado bonito, y entendió que empezaba a tener un problema de verdad, y que no sabía qué hacer para solucionarlo. Que esta vez no bastaba con sonreír y punto, porque ahora se podía notar a kilómetros que esa sonrisa era falsa, que por dentro ella estaba destruida. Pero es que así era, sus pilares se estaban cayendo, y ahora... ahora si que no había nadie para sujetarlos por ella.


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