Vistas de página en total

jueves, 26 de diciembre de 2013

Nos gustaba ser diferentes, pero hemos terminado igual que todos.

Nos gustaba ser diferentes, pero tío, hemos terminado igual que todos. Nos gustaba escondernos hasta que llegara el viernes, y gritar como locos por la calle. Te gustaba poner tu mano en mi entrepierna y acariciarme suavemente, por debajo de la mesa, sin que nadie se enterara, y entonces sonreírnos como dos ladrones que acaban de atracar un banco; nos gustaba a los dos. Nos gustaba empezar las películas para dejar de prestarles atención al poco tiempo. No sé tío, lo de desaparecer durante semanas y volver con ganas de comernos el mundo (porque nosotros ya nos habíamos comido suficiente). Y lo de echarnos de menos, de verdad, sin cursiladas ni mierdas, simplemente eso, que nos jodiera no poder reírnos juntos de cualquier tontería que hicieras y apretarnos fuerte la mano, como diciendo 'eh, que estoy aquí, no te preocupes'. Y no sabes cuanto me tranquilizaba eso, que estuvieras aquí. Pero, ¿ahora qué? Decías que éramos especiales y que nadie iba a poder con nosotros, que si no lo había hecho la distancia, nada lo iba a hacer ya. ¿Cómo pudiste equivocarte así? Si no estás seguro ¿para qué mierda me prometes que ibas a estar ahí siempre que necesitara que alguien me recordara que podía con todo? Porque ahora lo necesito tío, y no estás, no te veo por ningún sitio, y me pierdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario